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El sector de la construcción es uno de los más relevantes a nivel mundial.
Su actividad tiene un importante impacto en el desarrollo y crecimiento económico de los países, pues contribuye en gran parte al PIB no solo de las economías avanzadas, sino también de las emergentes y las que están en vías de desarrollo.
Sin embargo, en un mundo cada vez más afectado por el cambio climático y preocupado por ponerle un freno, es fundamental considerar el impacto que tiene la construcción en el medio ambiente.
Este sector es uno de los que más recursos naturales consume.
Algunos estudios señalan que la construcción de edificios, por ejemplo, representa una sexta parte de las extracciones de agua dulce del mundo, y una cuarta parte de la madera extraída.
La construcción sustentable no es una moda ni un capricho, sino una necesidad para el mundo.
De acuerdo con una investigación de Bimhow, la industria contribuye con el 23% de la contaminación del aire, el 40% de la del agua potable y con el 50% de los desechos de los vertederos.
Además, representa el 36% del uso de energía en todo el mundo y el 40% de las emisiones de CO₂, según datos de la Agencia Internacional de Energy (IEA, por sus siglas en inglés), citados por un artículo de la web British Assessment Bureau.
De forma general, el impacto medioambiental del sector de la construcción responde a dos factores.
Uno de ellos es la energía consumida durante la fabricación, y otro las emisiones directas generadas en este proceso.
De hecho, una investigación de Kleiwerks International, una red global de especialistas en diseño innovador, señala que la cerámica, el hormigón, el acero y otros materiales usados en esta industria son grandes emisores de CO₂.
Por ello, su utilización debe reducirse cumpliendo con todos los estándares de seguridad que requieren las construcciones.
Para hacerse una mejor idea del impacto de ciertos materiales en el medio ambiente, basta con conocer algunas cifras.
La fabricación de hormigón, que es la sustancia más utilizada en el planeta después del agua, genera más de 2.800 millones de toneladas de CO₂ cada año.
Por ello, es clave utilizar materiales que aporten mayor eficiencia y que tengan un menor impacto.
El uso del acero y aislantes térmicos, por ejemplo, que con menor masa pueden cumplir con las funciones que requiere una construcción, puede ser una gran solución para mitigar el cambio climático.
De acuerdo con datos del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el sector de la construcción tiene el mayor potencial para reducir de forma significativa las emisiones de gases de efecto invernadero, en comparación con otros sectores.
El ahorro de emisiones podría ser de hasta 84 gigatoneladas de CO₂ (GtCO2) para 2050.
Esto es posible a través de la construcción sostenible, un modelo en el que se consideran los impactos ambientales relacionados con todo el proceso de esta industria.
Abarca factores como el uso eficiente del agua y la energía, la utilización de fuentes de energías renovables, el empleo de materiales de construcción no perjudiciales para el medio ambiente y la adecuada gestión de los residuos.
Este tipo de construcción amerita un cambio radical en la mentalidad del sector.
Hoy en día, las prácticas constructivas ya no pueden estar guiadas por criterios puramente económicos y a corto plazo.
Con el auge de la economía circular y la sostenibilidad, es fundamental un cambio de paradigma en esta industria.
Para avanzar hacia la construcción sostenible, se pueden implementar diversas medidas como:
Las obras de construcción requieren mucha energía para funcionar, pues es necesaria para la iluminación, así como para alimentar herramientas eléctricas, carretillas elevadoras y sistemas de seguridad, entre otros.
Para afrontar el reto de mitigar las emisiones de carbono, algunos constructores están recurriendo a sistemas híbridos basados en energías renovables para alimentar sus proyectos.
Una solución utilizada por algunos es un sistema de batería modular que se puede implementar en el sitio y se recarga a través de los paneles solares.
Gracias a este sistema de almacenamiento de energía, se pueden alimentar herramientas y vehículos eléctricos, así como equipos de seguridad.
Algunos de estos sistemas pueden compensar una tonelada de CO₂ por semana, así como el uso de 400 litros de diesel.
Esto tiene un impacto significativo, especialmente cuando se utiliza esta energía limpia y autogenerada in situ en grandes proyectos de construcción.
Ya sabemos que la fabricación del acero también tiene un impacto en el medioambiente.
Sin embargo, es importante saber que, hoy en día, las emisiones de efecto invernadero de su fabricación son 45 % más bajas que hace 40 años.
Además, bien implementado, este material puede mejorar la sostenibilidad en la construcción.
Con el sistema constructivo steel framing, por ejemplo, se evita el uso de materiales como el hormigón y por ende disminuye de manera significativa el consumo de agua.
La construcción en seco también reduce el uso de maquinaria pesada típicamente empleada en construcciones húmedas como las de ladrillo.
Actualmente, la mayoría de estos equipos emplean combustibles fósiles para operar. Por ello, si se limita su utilización, el impacto ambiental disminuye.
El steel framing también contribuye a construir de forma sustentable debido, precisamente, a las propiedades mecánicas y características del acero.
Es altamente resistente y al mismo tiempo es flexible y dúctil. Además, tiene una gran capacidad de carga.
Esto implica que este material es capaz de doblarse sin llegar agrietarse ni a romperse.
También puede soportar una gran fuerza sin fallas repentinas, lo que lo hace ideal para emergencias porque ofrece más tiempo para reaccionar.
Asimismo, al fabricar con steel framing se reducen los desechos de construcción.
El acero se puede reciclar y reutilizar de forma indefinida sin comprometer sus propiedades físicas.
De hecho, se estima que a nivel mundial, el 90% del acero de los sitios de demolición se devuelve a las acerías para su reciclaje.
La conciencia ambiental crece cada día más. Esto, sumado a la presión de las industrias para descarbonizar sus operaciones y hacerlas más sustentables, hace que las constructoras estén buscando alternativas más ecológicas para sus actividades.
El uso de energías renovables y sistemas constructivos como steel framing pueden ser de mucha utilidad para lograr este objetivo.
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